Despertar temprano el fin de
semana para salir rumbo sur, sin muchos planes y con el bus retrasado. Mecerse lento
en bote, resbalar las dunas, atardecer en desierto y amanecer en blues. Recibir
al sol y las olas en pleno invierno. Y verte, ahora, ir tras los pelícanos. Acurrucar
mi cabeza tras de ti para no sentir la marea y abrigarme en tu espalda. Caminar
horas de la mano. Volver con el cuerpo hecho pedazos y solo tener ganas de ti. Reír
los días y las noches.
Despertar temprano un año después,
y desear con todo el alma que no hubiera sido solo un sueño.
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