martes, noviembre 6

Como si el alma no supiera de colores

[...]
Y extrañar…
Extrañar tanto
que la luna mata
de su tenue luz que es nostálgica
al punto de no saber
si has sido o has soñado
Y envejecer…
Se arruga el tiempo
y sin quererlo dejas de huir
y no hay espanto…
ni sombra que entorpezca la mirada.
Queda atrás el silencio de una risa
que a solas en el viento
juguetea con el rosa de un calor
Y se quiebra…
En la mirada del ayer,
en el vacío que nadie quiere ver,
en sus ojos…
que se han cansado de querer correr
y todo eso: por no dejarte ser…

2 comentarios:

Patricia Jiménez dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Patricia Jiménez dijo...
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