viernes, noviembre 7

I


Era la hora de almuerzo y tuve la duda de todos los días, decidí seguir el camino planeado. Crucé el puente y me detuve en el paradero, pasaron casi diez minutos y las uñas se me iban poniendo moradas. -¿Será acaso una señal? No... solo espera un poco más- Fue en ese momento que empecé a distraerme con todo alrededor y perdí noción del tiempo. No sé cuánto más estuve esperando ni cuánto demoré en llegar; de pronto estaba ahí, caminando sola otra vez por la misma calle. En la puerta, me percaté de que aún no vendían café, eso significaba que todavía era temprano, así que seguí de largo y unos pasos más allá me detuve a comprar la cuota de dulce necesaria. Ahora estaba lista: a seguir la marcha. Me disponía a completar el camino de siempre, pero este no era un día rutinario, de manera que di vuelta y me fui perdiendo entre calles. Volteé la esquina y encontré un parque que no había visto antes, buena excusa para sentarme un momento y ubicar algunos lugares cercanos. Crucé por la vereda del centro y observé un lugar donde podría quedarme unos minutos, o tal vez más, sin ser interrumpida ni vista como bicho raro, que era lo que más me molestaba de caminar sola. Una vez ubicada en el sitio, saqué un libro de mi bolso y cruzada de piernas empecé a disfrutar la calma.

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1 comentario:

Anónimo dijo...

holass...despues de tantos dias q reviso...recien encuentro otra entrada..jeje...cdtm...pero me gustaria saber como estas??...bye